El proceso de duelo infantil.
La muerte es parte de la vida, sin embargo se ha convertido en un gran tabú. Hablar de la muerte se evita, sobre todo con los más pequeños, y al hacerlo no les preparamos para afrontar el duelo por la muerte de seres queridos. Es importante saber que piensan los niños de la muerte, como comprenden la pérdida y cómo podemos prepararles y ayudarles para afrontar pérdidas, ya que si no lo hacemos podría darse un duelo complicado, incluso patológico.
La muerte en la mente del niño.
Entender cómo funciona la mente del niño, cómo piensa y como siente nos ayudará a comprender qué pensamientos tiene en relación a la muerte y cuáles pueden ser sus emociones.
Entender cómo funciona la mente del niño, cómo piensa y como siente nos ayudará a comprender qué pensamientos tiene en relación a la muerte y cuáles pueden ser sus emociones.
- Los bebés de 0 a 2 años. Podemos pensar que en estas edades la muerte no les afecta, ya que no tienen una conciencia plena y real del mundo que les rodea. Es cierto que no comprenderán la muerte de un ser querido como lo hace un adulto, pero pueden contagiarse de nuestros estados emocionales y hacerlos propios y también pueden echar en falta a personas muy apegadas a ellos.
- Niños de 2 a 5 años. Los niños de esta edad serán conscientes de la muerte, y les afectará directamente por sus emociones y pensamientos e indirectamente por contagio emocional de sus personas cercanas. La mente del niño de 2 a 5 años es muy diferente a la nuestra, ven el mundo de manera literal, por lo tanto puede ser habitual que comparen la muerte con estar dormido y piensen que es posible despertarse. Por eso debemos tratar con ellos tres nociones básicas para ayudarles a comprender la muerte:
- Causalidad: es importante que entiendan que la muerte se debe al cese de las funciones vitales.
- Irreversibildiad: la muerte no puede arreglarse.
- Universalidad: todos los seres vivos mueren.
- Niños de 6 a 10 años. A partir de los 6-7 años, los niños ya pueden comprender la muerte perfectamente. En esta etapa pueden aparecer complejas asociadas a la pérdida como la culpa o la impotencia. También es normal que aparezca el miedo a la pérdida de otros seres queridos que puede dar lugar a la ansiedad por separación, así como una necesidad de proteger a sus personas cercanas.
- A partir de los 10 años. A partir de esta edad los niños entran en unas etapas de preadolescencia y posterior adolescencia, llenas ambas de cambios, la muerte puede suponer un duro golpe en este proceso vital.
Las respuestas de los niños ante la muerte dependen de una serie de factores, algunos de ellos externos como las circunstancias que rodean la muerte, la manera en que les comunicamos la noticia y la relación con el fallecido; y otro internos como su estilo de afrontamiento, educación, creencias, temperamento, etc. En general podemos señalar algunas reacciones:
- · Deterioro de habilidades sociales y emocionales.
- · Desinterés y apatía por actividades y personas.
- · Agresividad como salida a la tristeza y la frustración.
- · Ansiedad por separación. Dependencia excesiva de los padres y elevadas demandas de atención.
- · Trastornos del sueño y de control de esfínteres.
- · Descenso del rendimiento.
Consejos para ayudar a los niños ante el duelo por la muerte de un ser querido.
Es muy importante ayudar a los niños a entender la muerte y prevenir duelos complicados y patológicos.
- Debemos ayudar a los niños a entender la muerte como parte del ciclo vital, facilitar que puedan prepararse para la muerte de seres queridos, además de enseñarles a canalizar sentimientos de angustia o dolor a través del trabajo de la expresión emocional de la pérdida.
- Tratar el tema con naturalidad y explicarles a los niños la causalidad, la irreversibilidad y universalidad de la muerte, con palabras adecuadas que puedan comprender.
- Tener en cuenta que se dan cuenta de lo que pasa, es importante hablar con ellos y brindarles apoyo.
- Respetar y aceptar sus emociones y darles tiempo para comprenderlas y completar el duelo.